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Los diseñadores son esencialmente seres creativos. Los diseñadores espaciales, de ambientes, o conocidos también como interioristas, son profesionales con un talento espacial. O más claramente dicho, especial por el dominio de los espacios. Porque el dominio de los espacios pasa por controlar muchas directrices que intervienen para lograr un efecto u otro: colores, iluminación, forma, estilo, desplazamientos, uso, gustos, etcétera.
Es ahí donde queda en evidencia que no todos dominan esas directrices, pues no todos tenemos ese talento ni hemos estudiado en un instituto o universidad una carrera afín. Pero al mismo tiempo, no todos quienes necesiten de quien pueda desarrollar un proyecto espacial, lo pueden pagar. El pagar a un profesional para que realice un proyecto completo de diseño es un valor a considerar, pues por lo general es el pago mensual de un experto por uno dos o tres meses. Es mucho trabajo el realizar un proyecto espacial, lo cual implica tomar medidas, entrevistarse en más de una oportunidad con los usuarios y/o clientes, extender una cotización, generar planimetrías que sirvan de plan de obras, desarrollar una carta periódica de trabajos, ir de compras, muchas veces ejecutar personalmente trabajos en el lugar y muchísimas más labores.
Es lógico que todos quieran tener un espacio confortable y si por cualquier motivo el costo es un inconveniente, surge la alternativa de las asesoría o consultoría. Es el mismo profesional que puede desarrollar un proyecto pero que trabajará anudándole externamente para que usted realice el proyecto, siendo el guía que le aconseja como hacerlo. Puede que en una reunión de un par de horas lo ilustre y deje claro cuales son los puntos más importantes de atacar y cuales en realidad pueden esperar. O puede usted pagarle unas horas para que le acompañe a comprar elementos para su proyecto y le aconseje sobre la mejor decisión: muebles, lámparas, pinturas, tapices, cortinas, entre otros. Un profesional del área probablemente manejará un listado más amplio de proveedores, muchas veces más económicos. Otras veces, comercios donde él puede obtener precio de profesional, cosa a la cual un particular no puede acceder.
Así, los costos de contar con un asesor en diseño, bajan notoriamente. Usted pasaría de tener que cancelar alrededor de $400.000 mensuales por un proyecto, a pagar los honorarios del mismo profesional sólo por horas; quizá ese monto no ascienda los $30.000 por unas horas junto a usted. El trato de un proyectista no será el mismo que el de un asesor, quien será más empático, quizá en una conversación más distendida él podrá saber más de sus preferencias y necesidades y usted podrá aprender clásicos secretos del profesional que no son compartidos usualmente. ¡Por algo está pagando, no? Por sus conocimientos y experticia. Es como una clase de diseño, entretenida y compacta. O véalo como ir de compras con una amiga o el marido, pero sin el riesgo que le dé en el gusto en que compre rápidamente porque ya quiere sentarse por un café o irse.
Sólo debe ocuparse con anterioridad de confirmar la trayectoria o los estudios del profesional. Podrá encontrar en la red, ya sea para Santiago o Valparaíso, una cantidad considerable de profesionales u oficinas que prestan este servicio. Sin embargo es importante corroborar si esa información es fidedigna. Hoy en día no basta con argumentar que se tiene buen gusto o se viajado por Europa. En los tiempos actuales el interiorismo es una carrera profesional que abarca conocimientos específicos del área constructiva y habitacional. No necesariamente cualquier diseñador le servirá como asesor. Los conocimientos de un diseñador gráfico o de vestuario pueden toparse en algunos puntos estéticos y funcionales, pero no del manejo de un área de trabajo de tres dimensiones y espacial. Y el contratar a un arquitecto es un costo altísimo considerando que sus conocimientos están relacionados con el desarrollo y construcción de espacios habitables, no con el acondicionamiento de estos espacios.
El vivir bien está al alcance de la gran mayoría. Un espacio bien desarrollado es salud, felicidad y economía. Hágase asesorar por un profesional del interiorismo y verá la diferencia en los resultados.
