Este es un espacio de feed back coloquial con quienes nos conocen y nos quieren conocer, saber más de lo que nos interesa y motiva a asesorar en el habitar de los espacios.
miércoles, 28 de marzo de 2018
lunes, 26 de marzo de 2018
Jardines que ayudan al alma.
Estamos en otros tiempos. En todo sentido, si miramos
alrededor, notamos que los tiempos actuales son muy diferentes a los que
conocimos de niños. El ser adulto hoy no es como lo eran nuestros padres. Notoriamente,
las cosas que nos preocupan a nosotros
hoy no son las que a nuestros padres. Es más, nuestras prioridades,
intereses y lenguaje son muy diferentes. Hace treinta años nadie pensaba en la
Internet, celulares, practicar yoga, evitar fumar, igualdad de género, reciclar
nuestros desechos y tantas otras cosas.
Dentro de esos cambios, la espiritualidad ha llegado a
ocupar un papel importante. El mundo espiritual no llega a formar parte de un
plano excluyente, sino todo lo contrario. Y diariamente. Mejora el estado
mental, la calma física y con eso el rendimiento, mejora el sistema
inmunológico, desarrolla mejores canales de comunicación con quienes nos rodean,
entre tantos otros beneficios.
Por lo tanto, no es casualidad que la unión de paisajismo y espiritualidad
esté dándose a pasos agigantados. El uso del patio en el Chile de finales de esta
década es mucho más de lo pensado hace treinta años atrás. No es sólo una zona
de servicio, donde guardar la bicicleta, acumular la basura, colgar la ripa,
donde pasee el perro de la casa. Es un espacio para usar constantemente, sentarse
sólo o con otros, tomar sol, hace una parrillada, celebrar, sembrar y plantar
alimentos y hierbas medicinales, refrescarse en el agua…tantas cosas como se
puede hacer dentro de una casa, pero afuera. Y entrar en introspección, "desconectarse" como se dice, orar, meditar, es una de las acciones que
también se puede realizar.
Entonces hablemos del modo. En los oficios creativos tenemos
ese defecto de profesión de preguntarnos y resolver el modo, el cómo se hacen
las acciones propuestas. O sea, yo los invito a todos a tener en su patio un
montón de acciones y, entre ellas, una de las más íntimas: la introspección. El estar con uno mismo. Pero ese estar con
uno mismo, cuando lo hacemos dentro de casa, se encuentra rodeado de
construcciones y elementos inertes que, claramente nos ayudan a eso: cortinas
que como filtros generan luces y sombras, velas, incienso, quizá una música
especial. En cuanto a hacerlo en el exterior, contamos con otros elementos,
muchos más vivos. Plantas, pájaros, insectos, viento, sol y nubes forman parte
del escenario general de nuestro momento meditativo. Independiente que usemos
un gran cojín, un tatami, coloquemos una música, nos acompañe e inspire la imagen
de una virgen o un budha, el aire ya es diferente. Nuestro cuerpo se encuentra
en una sintonía beneficiosa y beneficiada.
Por lo tanto, la medida de encierro o apertura de este
espacio dependerá de cada uno de nosotros. Es claramente una construcción personalizada
y específica pensada y especificada en cuanto al modo de instrospectarse, la fe
practicada, los símbolos, etcétera. También considerando los costos de cada
uno. Pues se pueden dar estos espacios en casa particulares, edificios
públicos. ¿Imaginan hospitales y clínicas con jardines que nos inviten a orar?
Imaginan un espacio para meditar en la terraza de su departamento, en el patio
de su casa, en la plaza. Espacios en los cuales estamos solos pero al mismo
tiempo, rodeados.
Afortunadamente estamos los paisajistas que podemos ayudar a
crear esos espacios. Ningún proyecto es inviable, mucho más cuando el
beneficiado es usted mismo y, mucho más, su paz interior. Tal cual un músculo
que necesita de un gimnasio, el desarrollar espacios de meditación en nuestros
hogares es para que podamos mejorar ese aspecto que nos puede ayudar. O sea, no
ofrezco la paz, sino el espacio para poder encontrarla en su ejercicio.
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